En esta entrada no hablaré sobre tecnología, ni sobre Apple, ni sobre iconos, ni nada por el estilo, sino de un descubrimiento de esta última semana que me ha dado bastante que pensar: el calendario Kodak.
Hace ya varios meses que descubrí a Roman Mars a través de su charla en TED sobre las banderas municipales de la actualidad con peor diseño.
Gracias a dicha charla le conocí y descubrí su magnífico podcast 99% Invisible donde semanalmente explora diversos temas, generalmente desde la perspectiva del diseño1. Una joya de la cual me he convertido en un fiel oyente.
Y así, hará un par de semanas que escuche el episodio 159, titulado “El Calendario”, en el que bajo la premisa de que el calendario es uno de los diseños más extraños que existen, y tras un breve repaso histórico a los orígenes del calendario moderno2, llegamos al denominado calendario internacional fijo, o calendario Cotsworth (en honor a su diseñador), más vulgarmente conocido como calendario Kodak, dado que el fundador de la conocida compañía fotográfica, George Eastman fue uno de sus más fervientes impulsores3.
Un mes es difícilmente una unidad de medida exacta. Puede empezar en cualquier día de la semana y durar desde 28 a 31 días. A veces tiene cuatro semanas, otras cinco y otras veces seis. Cada año hay que comprar un calendario nuevo con fechas nuevas. Es un diseño extraño.
—Roman Mars, creador y director de 99% Invisible, en el episodio 159 del mencionado podcast
El objetivo del mencionado calendario era acabar con la aleatoriedad de las fechas del calendario en los diferentes años. De hecho, su creador Moses B. Cotsworth, contable del la británica Compañía Ferroviaria del Noreste, lo ideo con objeto de simplificar los libros de cuentas mensuales de dicha compañía ya que, al parecer, el hecho de que las semanas bailasen cada mes le traía por la calle de la amargura4.
Pero, ¿en que consiste el calendario Kodak? Antes de responder a dicha pregunta recordemos alguno datos triviales:
- El año terrestre dura aproximadamente5 365 días y 6 horas, de forma que, redondeando a la baja, el año terrestre estándar tiene 365 días.
- Pero esas 6 horas de más no se pierden, obviamente, sino que hacen que cada 4 años se acumule un día extra que da origen a lo que conocemos como años bisiestos, años de 366 días en vez de 365.
- Dicho día extra se añade al mes de febrero que, en un año bisiesto, pasa a tener 29 días en vez de 28.
Bueno, pues tras este recordatorio de Perogrullo, veamos las normas del calendario que da nombre a esta entrada:
- El año se divide en 13 meses de 28 días cada uno (13 x 28 = 364)
- De esta forma, tendríamos los 12 meses del calendario gregoriano, que mantendrían su nombre, y un decimotercero que pasaría a llamarse Sol y que constituiría el séptimo mes del año, entre junio y julio.
- El día restante se traslada a final del año fijo, es decir, después del 28 de diciembre, no formaría parte de ningún mes y sería considerado festivo a nivel mundial.
- En caso de año bisiesto, el día extra se añadiría al mes sol, siendo este último el mes que contaría con 29 días en vez de febrero.
- Todas las festividades se trasladarían a un día lunes, de manera que todas las vacaciones durarían 3 días (fin de semana + lunes)6
Salta a la vista que un calendario como el descrito presenta numerosas ventajas, entre ellas:
- Todos los meses tienen 28 días
- Todos los meses están formados por 4 semanas
- El día 1 de cada mes siempre cae en domingo (ya que en los países anglosajones la semana empieza el domingo)
- De igual manera, todos los días 2, 9, 16 y 23 serán siempre lunes, los 3, 10, 17 y 24 serán siempre martes, etc., independientemente del mes
- E igualmente, cada día del año caerá siempre en la misma semana y día todos los años. Es decir, el 24 de febrero siempre sería el cuarto martes de febrero, año tras año7
Pero claro, si bien esta propuesta alternativa de calendario es mucho más lógica y racional8, y de entrada tiene todas las papeletas para incrementar la productividad por el mero hecho de constituir un sistema más simple, también cuenta con un obstáculo insalvable a la hora de su adopción: todas las fechas señaladas de nuestro calendario saltan por los aires.
Me explico. Pongamos el 25 de diciembre, navidad. Con el calendario fijo dicho día caería en el 23 de diciembre. Explíquele usted a mi señora madre que la navidad la han cambiado al día 23.
Pero es que en este caso hasta casa bien, porque dicho 23 de diciembre sería lunes. Harina de otro costal serían los días como por ejemplo el 4 de julio (día de la Indepencia de los EE.UU.) que según el calendario fijo pasaría a ser el 17 del nuevo mes sol, que para más inri es un martes, por lo que habría que trasladarlo al lunes más cercano, esto es, al 16 de sol. De ahogados al río9.
Vamos, que la idea sobre el papel y a priori es genial pero, tras siglos y siglos acostumbrados a un calendario, el cambio no sería en absoluto fácil, como pudo comprobar en sus propias carnes el señor Eastman al ver fracasar todos sus enormes esfuerzos para lograr la implantación del que, para algunos, se conoce ya como el calendario Kodak10.
En resumen, y a nivel personal, me parece un diseño ejemplar y mucho más elegante que el actual calendario, a pesar de las pegas que la tradición le pudiera llegar a poner. Desconocía su existencia y la verdad es que me ha dado unos buenos días de reflexión en torno a él.
Pero bueno, quién sabe si dentro de decenas o cientos de generaciones el calendario Kodak acaba imponiéndose. O si lo exportaremos a otros planetas cuando iniciemos la conquista espacial. O si…
No toda la esperanza está perdida, Mr. Eastman, no toda.
Fuente: 99% Invisible
Imagen destacada: Logo propiedad de Kodak Eastman Company. Todos los derechos reservados.
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Aunque también le da a la arquitectura, a la ciencia y a la historia, como no podía ser menos. ↩
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De los egipcios y los romanos, Cleopatra y Julio César incluidos, al papa Gregorio (promotor del calendario que usamos en la actualidad), para después acercarnos a épocas más recientes y los diferentes intentos de sustitución del calendario gregoriano. ↩
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No en vano instauró el calendario fijo internacional como el oficial de la compañía Kodak en 1928, situación que se mantuvo hasta 1989!?!? ↩
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Y por eso creemos firmemente que Mr. Cotsworth tiene un lugar en el olimpo de los vagos inventores, de esos de los que hablaba Bill Gates, o no. ↩
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Cantidad que es una muy buena aproximación si no queremos hilar fino y nos quedamos únicamente con el movimiento de traslación, obviando el resto de movimientos de la Tierra. ↩
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Es curioso que algo similar a esto se esté proponiendo en nuestros días. ↩
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Pero claro, estamos hablando del 24 de febrero del calendario fijo, que sería el 21 de febrero de nuestro calendario gregoriano. En el calendario Kodak, nuestro 24 de febrero sería el 27 de febrero, viernes para más datos. ↩
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Por no hablar de que el año tendría 13 días viernes 13. ↩
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Yo personalmente sigo alucinando con que la Kodak lo mantuviera hasta 1989. Ya me veo a los pobres empleados usando tablas de conversión en el trabajo, ya que fuera de él seguían usando el calendario gregoriano. Muy surrealista. ↩